Fin de semana en Valencia

Siempre lo he pensado y cada vez que tengo la ocasión lo vuelvo a comprobar, tener la oportunidad de visitar un lugar con alguien que lo ha vivido es lo mejor que te puede pasar. Hace unos fines de semana me han invitado a pasar un fin de semana en Valencia unos lugareños especiales, una madrileña y un francés que han vivido allí muchos años y que se conocen su ciudad de adopción muy bien.
Finales de marzo es muy buena época por visitar Valencia o por lo menos está fue su recomendación y después de comprobarlo estoy de acuerdo con ellos. Hace ya buen tiempo, se disfruta de un poco de calor y es la época en la que Valencia huele a azahar. Este olor que te sorprende en cualquier momento por sus calles. Valencia es ver, hay muchísimas cosas de las que disfrutar, es gustar tiene una comida muy rica y muy gustosa y oler así que un placer para los sentidos.

Mis guías particulares me organizaron un fin de semana espectacular. Tengo que reconocer que dos días son poquitos. Bajamos viernes por la noche y volvimos domingo por la noche. El tiempo que pasé allí lo aproveché mucho y sobre todo lo disfruté al máximo.

Paseo por la Albufera
El sábado por la mañana nos fuimos en coche al parque natural del Albufera, situado a unos 10 km al sur de Valencia. Es uno de los humedales costeros más representativos de la comunidad valenciana y es la perfecta excusa para escaparse de la ciudad y sumergirse en la observación de la naturaleza. En este espacio protegido se puede observar una grande variedad de flora y fauna. Nosotros llegamos en coche hasta El Palmar donde hicimos una ruta en barco de 45 minutos. El coste son 4 € y te llevan en un barco por la laguna. El chico que te acompaña te va comentando. Sensación de paz es la que se respira, como de estar en otra dimensión, este es el poder de la naturaleza.

La Albufera

Hemos podido observar bastante Garzas reales, unas aves que te observan cuando están parada y parece tan delgada pero cuando empiezan a volar y abren sus alas sale toda su grandeza. Hemos visto las barracas, viviendas típicas de la huerta valenciana.

La Barraca

¡Que rica es la comida en Valencia!
Después del paseo fuimos al Restaurante Mateu allí en el Palmar donde aprovechamos para probar platos típicos. Esto era sobre todo para mí que era la invitada. Y si con la vista ya estaba contenta por lo que había disfrutado, ahora le tocaba al gusto. Yo me dejé llevar por los anfitriones. Pidieron de primero para compartir Llisa adobada, Esgarrat (una especie de ensalada hecha con pimiento rojo asado y bacalao en salazón) y All i pebre (un plato a base de anguilas con ajo, patatas y pimentón), tres platos típicos valencianos.

All i pebre

Obviamente no podía faltar una paella valenciana y arroz abanda.

Arroz abanda

Era la primera vez que me comía una paella valenciana de verdad y es totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada ya que aquí lo que siempre he solido comer, es paella de marisco. Todo estaba buenísimo, la verdad que como me encanta comer disfruté mucho.

Paella valenciana

Una aventura inesperada
La sorpresa vino cuando Eva la amiga de Marta, nos comentó que podía llevarnos a dar una vuelta con su avión ultraligero, si alguien quería. Yo dije en seguida que sí, siempre estoy dispuesta a probar experiencias interesantes y nuevas. WOW… es una pasada, es un avión muy pequeño pero la sensación allí arriba es impresionante.

Avión ultraligero

Dimos una vuelta no muy larga ya que era un poco tarde, pero me encantó. Pasamos sobre los arrozales, los campos de naranjos y llegamos hasta la costa y sobrevolamos el mar. Terminado el vuelo volvimos a Valencia para seguir con mi experiencia valenciana.

Las calles del casco histórico y el agua de Valencia

El plan era ir al casco antiguo a tomar un agua de Valencia. Paseamos por las calles, pasamos por la plaza de la Reina y de la Virgen, vimos el Palacio del Marqués de Dos Aguas, callejeamos hasta llegar al Café de las Horas, un bar muy original y donde es muy típica el agua de Valencia. ¿Qué es el agua de Valencia? Es una bebida que se sirve muy fría con zumo de naranja, cava o champán, vodka y ginebra. El problema que al estar muy frio se bebe muy bien y es bastante peligroso, una mezcla muy buena y la verdad el bar genial así que, si queréis probar el agua de Valencia os lo recomiendo, también tienen una buena carta de cocteles con y sin alcohol.

Café de las Horas

Acabamos nuestro día aquí picando algo y ya cansado nos volvimos a casa para descansar.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias
El domingo hace un día precioso con sol y calor así es muy agradable pasear. Empezamos dando una vuelta por la Ciudad de las Artes y las Ciencias, situada al final del viejo cauce del río Turia. Empezamos por el Palau de las Arts que Marta me presentó como el casco blanco de Darth Vader y la verdad que se le parece. Está dedicado a la música y a las artes escénicas.

Palau de les Arts

Seguimos paseando entre el Emisferic (sala de cine, planetario y laser), el museo de las ciencias Príncipe Felipe con una forma parecida al esqueleto de ballena (museo interactivo de ciencias) y el Umbracle, un paseo ajardinado con especies vegetales autóctona de la comunidad valenciana.

La verdad que son edificios impresionantes y llegamos hasta el puente de L’Assut que Marta llama el Jamonero seguido por el Ágora también nombrada por Marta la almeja donde se celebran conciertos y eventos deportivos.

Punte de l’Assut y l’Ágora

El centro histórico
La siguiente etapa es ir a pasear por el casco antiguo. Lo bonito de todo es que como voy con dos expertos me dejé llevar sin pensar demasiado y dedicándome a observar lo bonita que es esta ciudad con sus rincones.
La ciudad de Valencia fue fundada por los romanos que fueron los primeros en amurallarla para protegerla. Los árabes la ampliaron con su llegada a Valencia. La última muralla en construirse fue la cristiana con un perímetro de 4 km y 12 puerta en el siglo XIV.
En nuestro paseo primero nos encontramos con el mercado de Colón, edificio modernista hoy habilitado como centro comercial y de restauración.

Mercado de Colón

Seguimos por las calles y vimos el ayuntamiento, la estación del norte construida a principio del siglo XX, la plaza de toros, y el edificio de correos. Pasamos delante del Palacio del Marqués de las Dos Aguas, palacio de estilo gótico hoy destinado a museo.

Palacio del Marqués de las Dos Aguas

Continuamos hasta la plaza de la Reina donde se encuentra el Km 0 de las carreteras radiales de Valencia, aquí están la Catedral y el Miguelete, campanario de la catedral de estilo gótico.

Plaza de la Reina

Llegamos hasta la plaza del Almoina para visitar el Museo donde abajo hay ruinas arqueológicas de varias épocas. Justo en la plaza se cruzaban el cardo máximo y el decumano máximo y se pueden ver los restos. Aquí en época romana estaba el foro. Como a las 14 cierran justo tenemos el tiempo de acabar la visita.

Museo de la Almoina

Paseamos hasta llegar al Mercado central y la Lonja de la Seda, edificio construido a finales del siglo XV de estilo gótico, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Lonja de la Seda

Los domingos cierran a las 14 y no podemos visitarla. Así que decidimos ir a comer y nos paramos en un restaurante “La Senia”, muy recomendable. Comimos las minihamburguesas, una ensalada de alcachofas con parmesano y nueces, los boquerones de la Senia que son boquerones marinados en vinagre y cubiertos de culis de naranja valenciana y vermut y papas arrugadas con mojo picón. Después de comer fuimos al Palacio de la Generalidad que hay jornada de puertas abiertas, pasamos por la plaza redonda.

Paseamos hasta las Torres de Serranos, que junto con las torres de Quart son los restos más emblemáticos de la muralla medieval.
De vuelta al apartamento pasamos por los jardines que hay en lo que era el antiguo cauce del río.

Torres de los Serranos

Ha sido un fin de semana intenso y con tantas experiencias nuevas y cosas que probar. Obviamente no es mucho para poder ver todo lo que ofrece la ciudad, pero está bien para conocerla y tener ganas de repetir. Muy agradecida por la invitación porque realmente es una gozada poder visitar una ciudad de esta forma, diría que ha sido un primer acercamiento a la ciudad.

Valencia me ha sorprendido más de lo que me esperaba. Ha sido el fin de semana perfecto con la mezcla perfecta de todos los ingredientes: ver cosas, saborear cosas, experimentar, oler.

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